lunes, 17 de febrero de 2014

VENEZUELA



Ya entramos a nuestro sexto país visitado en tres años de viaje. Nos despedimos de Colombia con mucha información sobre lo que estaba ocurriendo en Venezuela y el conflicto social que se pone caliente por un porcentaje de venezolanos que no se ajustan al proceso revolucionario. Entramos por la frontera de Maracaibo. Como muchos otros, no quisimos cargar combustible en Maicao, último municipio de Colombia ya que se sabe que en Venezuela el precio de los combustibles es muy bajo. Pero nos dimos con una situación que muy pocos lo comentan y es que no se consigue combustible (gasoil) a precio venezolano sino luego de recorrer 250 kms. Antes es tan caro como en Colombia y se entiende por la organización no legalizada del tráfico de combustibles que hace que a nadie le convenga vender a precio venezolano cuando se lo puede pasar a Colombia por cincuenta veces a más valor. Las estaciones de servicios (bombas) de toda esa región sólo venden a vehículos que lleven chips oblea en sus parabrisas.
Pasamos Maracaibo y luego seguimos hasta Coro, lugar colonial y con mucho desarrollo político social.
Más adelante escribiremos sobre nuestra mirada ante este proceso que que vive Venezuela con los cacerolazos y que se presenta en la mayoría de los medios como un acto de ciudadanía pero que roza muy cerca del facismo que todos conocemos.